lunes, 22 de octubre de 2012

El telekino

Leonardo Torres Quevedo (1852-1936) fue un ingeniero de caminos, matemático e inventor español que dedicó gran parte de su vida a la invención en los campos de la aeroestática, las máquinas de cálculo o los transportes colgantes como los funiculares. En su lista de logros podemos encontrar la primera patente que se conoce de un puntero luminoso (El puntero proyectable, patente 116770), el Spanish Aerocar, un transbordador suspendido que cruza las cataratas del Niágara y que sigue funcionando desde que se construyó en 1913, El Ajedrecista (1912), una máquina que jugaba al ajedrez contra jugadores humanos de manera autónoma y el Telekino, un control remoto por radiofrecuencia.

Según la patente, el Telekino se definía como: "Consiste en un sistema telegráfico, con o sin cables, cuyo receptor fija la posición de un interruptor que maneja un servomotor que acciona algún tipo de mecanismo."

El Telekino utilizaba una codificación digital, tomando como base el funcionamiento del telégrafo, las órdenes se transmitían como un conjunto de símbolos binarios. Tres impulsos sigue recto, siete impulsos 10 grados a estribor, ocho impulsos 20 grados a estribor. Con estas órdenes se mueven la hélice y el timón del barco conectados al Telekino. Torres Quevedo lo creó para controlar dirigibles sin que nadie corriera peligro en las pruebas, pero ensayó su mando a distancia con una barca en la Casa de Campo de Madrid.

Se fabricó un prototipo para aplicarlo al control remoto de pequeños botes en la costa de Bilbao, donde realizó varios experimentos entre 1904 y 1905. El 6 de septiembre de 1906 realizó una demostración, ante una multitud de gente, entre la que se encontraba el rey Alfonso XIII, donde maniobró a distancia un bote en el puerto de Bilbao. Tras el éxito de la demostración, Torres Quevedo intentó aplicar el Telekino al mundo militar, concretamente, para el control de proyectiles y torpedos, pero la falta de financiación le hizo abandonar el proyecto y el Telekino cayó en el olvido.

Algunos de sus inventos se conservan en un Museo de Madrid.

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