lunes, 21 de septiembre de 2015

Romero y Grande Hermanos


En la cantina "El Chana" de La Vecilla se puede ver esta vieja placa metálica de la empresa de Benavides de Órbigo (León) Romero y Grande Hermanos, Grandes fábricas a vapor de blanqueo de cera y cerería, chocolates y jabones de todas clases.


Antigua factura de 1900.


En el semanario El Áncora de Benavente se daba cuenta de que:

Los Sres. Romero y Grande, fabricantes de cera, chocolates y jabones en grande escala en Benavides de Órbigo (León) y Cional (Zamora), que con el objeto de poder servir mejor a su numerosa clientela, han abierto en esta villa de Benavente sus fábricas de cera y chocolates. Instaladas estas fábricas a la altura de las mejores y gozando de antiguo crédito, encontrará el consumidor economía en los precios y clases excelentes. A la vez encontrarán dulces y mantecadas superiores, estando todas las dependencias y despachos instalados en la antigua y conocida casa del Sr. Mariño, Santa Cruz 55.


El mismo periódico daba noticia de la visita efectuada por la dirección y redactores de dicho semanario a la moderna fábrica construida por aquellas calendas en Benavente:

Hemos tenido el gusto de visitar -decía el periódico- el nuevo establecimiento que los Señores Romero y Grande Hermanos, han instalado en esta villa, para la fabricación y venta en grande escala de cera, jabones, chocolates, etc. Fábricas de esta clase y montadas al modo como lo está la de dichos señores, honran por igual a los dueños y al pueblo en que se instalan.

Mucha admiración debió de causar en el Benavente de la época la instalación de aquella fábrica y obradores tan modernos de Casa Romero y Grande, pues en el semanario benaventano El Áncora se hace en más de una ocasión mención sobre el asunto con toda suerte de florilegios, como si la redacción del semanario católico tuviese acciones en el negocio:

Los Sres. Romero y Grande Hermanos, están demostrando ser industriales de mucha talla; según hemos visto, los dulces y chocolates que los mismos elaboran y en especial las mantecadas y almendrados son de inmejorable calidad, demostrando las innumerables ventas que en estos artículos hacen, pues según nuestros informes es insuficiente el número de operarios que tienen en sus talleres, para servir las muchas demandas que se les hace. También está dando excelentes resultados la cera que estos señores fabrican, y que por lo visto pueden competir con las de marcas más acreditadas.

Anuncios y comentarios como éstos contribuían a endulzar en algo la vida de los habitantes de la villa.

En algún caso los fabricantes del producto, y gracias a la prosperidad y solvencia económica que les proporcionaba su actividad industrial, realizan considerables inversiones en la modernización y ampliación de sus instalaciones. El caso más destacado es el de los señores Romero y Grande, quienes llegaron a poseer dos fábricas en Benavente, además de otras en Benavides de Órbigo (León) y Cional (Zamora), dando el salto a la capital de España a comienzos de la década de 1930, donde instalaron una moderna factoría.

Esta firma, durante el primer tercio de siglo, llegará a ser una de las grandes industrias del chocolate en España.

La industria chocolatera comarcal demandaba también artículos necesarios para la presentación y comercialización del producto, surgiendo así el encargo a las imprentas locales de trabajos auxiliares para la fabricación de envoltorios y vitelas con destino a las distintas marcas chocolateras. Ello venía a suponer también para los talleres de impresión trabajo complementario a los encargos ordinarios y a la actividad de las imprentas.

Caja de hojalata de Casa de Grande (Benavente, Zamora), fabricante, entre otras especialidades, de la conocida marca de “Chocolates la Fama”. La caja, metalografiada en policromía por la compañía Cirages Français, (Societé Génerale de Cirages Française, establecida en Santander en 1877), muestra una perspectiva de la factoría de Benavente en 1929-30, fechas entre las cuales se produjo la fabricación de la caja. Por entonces, la Casa de Grande tenía sucursal en Bilbao (Alameda de San Mamés, 4). En 1934 un incendio destruyó la fábrica Benaventana, y la compañía se estableció en Madrid.





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