viernes, 26 de junio de 2015

El Harmony of the Seas


El pasado 20 de junio fue botado en Saint-Nazaire el Harmony of the Seas. Casi cuatro millones de litros de agua fueron necesarios para poner a flote por primera vez el barco que será, por el momento, el más grande del mundo. La finalización del barco está prevista para mediados del 2016, en los astilleros de la empresa STX en Saint-Nazaire y operará desde Barcelona, con la empresa Royal Caribbean. Desde aquí hará cruceros de siete días por el Mediterráneo.


Su coste se estima en más de mil millones de dólares. Por el momento su construcción ha durado 22 meses en el dique seco. Visitar un barco de estas dimensiones (362 metros de eslora y 227.000 toneladas de registro bruto) es asistir a una clase magistral de ingeniería naval donde los alumnos no dejan de sorprenderse una y otra vez respecto a cómo un mastodonte como éste puede flotar. Las únicas pruebas que se realizan se hacen con una maqueta a escala del barco, una réplica exacta de la nave con la que se pone a prueba la estabilidad, la flotabilidad y la resistencia al agua.


Petteri Keso es arquitecto naval y director de este proyecto, así como también lo fue de los barcos gemelos del Harmony, el Oasis y el Allure of the Seas, este último actualmente también opera desde Barcelona. Jean-Yves Péan es el responsable de proyectos del astillero francés STX, en donde ha construido más de 30 barcos.


El barco está sólo al 65% de su construcción y su imagen es ahora la de una gran mole de hierro y acero desprovista de cualquier floritura, en donde trabajan a diario 2.500 personas. Pasear por el interior del Harmony of the Seas es hacerlo en medio de un mar de cables y andamios. Todo en grandes cantidades. Por ejemplo, la longitud de cables que se están utilizando se calcula en 3.600 kilómetros, casi cuatro veces la longitud del río Ebro. Y más de 200 kilómetros de tuberías y tubos.


Son las entrañas del barco, la parte fea, la que dentro de unos meses comenzará a taparse con planchas, moquetas, baldosas, pintura... Unos 500.000 litros de pintura, nada menos, que servirán para dar color a los 600.000 metros cuadrados de superficie del barco.


Pese a que todavía quedan meses de obras (la fecha de entrega del barco está prevista para mediados de mayo del 2016, días antes de que zarpe para Barcelona), ya son más que reconocibles las que serán las zonas de ocio, como la Royal Promenade, el Board­walk o el Central Park, tres de los siete vecindarios temáticos por los que son conocidos los barcos de la clase Oasis. También ya están a medio construir las escaleras que darán acceso a los toboganes acuáticos, una de las principales novedades que incorpora este barco.


El Harmony of the Seas reunirá en un único crucero todo lo mejor y lo más innovador de la flota, como el bar atendido por camareros robots (el Bionic Bar), que está siendo la atracción del Anthem of the Seas, el barco que ha visto la luz esta temporada, así como los balcones virtuales que permitirán a los pasajeros de los camarotes interiores poder disfrutar de un mar simulado en directo y evitar el agobio del espacio cerrado. También contará con clásicos como el simulador de surf Flow Ryder, la tirolina, el teatro acuático Aquatheater o el mayor parque con plantas naturales en alta mar, más de 12.000 .


Pero para que todo esto sea una realidad, todavía quedan muchas piezas por encajar. Si algo caracteriza la construcción de un barco de estas dimensiones es que se trata de un gran mecano que se va montando por bloques, de una forma coordinada, con precisión casi suiza. “Lo más difícil es la planificación, que todo sea muy exacto, que la secuencia y los tiempos sean exactos”, señala Petteri ante una gran mole de acero procedente de Gijón con la secuencia de números todavía visible. “A32 significa que esta pieza pertenece a este barco y los otros números señalan dónde debe ir colocada la pieza y el tratamiento que se ha hecho de la superficie”.


A continuación se pueden ver algunos vídeos.




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