sábado, 28 de abril de 2012

La tortuosa construcción de un barco

Astilleros de Santander (ASTANDER) no construía un barco nuevo desde hacía 21 años, se encargaba de hacer reparaciones y modificaciones de barcos. El 21 de marzo de 2011 entregó al armador asturiano Grupo Masaveu el "Cristina Masaveu", un cementero de 133,50 metros de eslora que llegó a Astander once meses antes, a medio construir, procedente del Astillero de Gijón, Factorías Juliana, que habia entrado en suspensión de pagos. el "Cristina Masaveu" sustituye a otro buque cementero, el "Encofrador" construido en 1982 también en Gijón, en Marítima del Musel SA.

El "Cristina Masaveu" entrando en el muelle de la Ribera de El Musel.

El astillero Gijonés pasó a formar parte delGrupo Armón de Navia, que pagará 14.056.000 de euros por él (Factorías Juliana presentó en mayo de 2009 un concurso voluntario de acreedores para tratar de dar salida a los más de 60 millones de euros de déficit.).

Salida del "Cristina Masaveu de Factorías Juliana.

En Astander se empleron 410.000 horas de trabajo con un personal medio de 250 personas. En la botadura ejerció de madrina María Josefa Masaveu, hermana de la fallecida Cristina, que da nombre al barco. La vicepresidenta regional, Dolores Gorostiaga, felicitó a los trabajadores de Astander que "han sabido afrontar circunstancias difíciles". La construcción del "Cristina Masaveu" costó 40 millones de euros, de los que la mitad se gastaron en Astander.

Factoría de ASTANDER.

El "Cristina Masaveu" llegó a Astander a finales del mes de abril de 2010 para ser concluido en Cantabria, tras recibir el proyecto del astillero asturiano. El plazo para desarrollar estás tareas fue de 11 meses. Los principales trabajos que se realizaron en Astander fueron la instalación eléctrica, la de carga y descarga, la de los motores y equipo de propulsión (Dos motores Wärtsilä 6L32, con una potencia unitaria de 3.000 kw a 750 rpm), la de los equipos generadores de electricidad y náutico, así como el tratamiento de superficies.

El "Cristina Masaveu" tiene una tripulación de 20 personas y es un barco de transporte de cemento a granel neumático autodescargable, con cuatro bodegas que configuran 8 espacios para un volumen de carga total de 10.000 metros cúbicos. Sus dimensiones principales son 133,50 metros de eslora, 20,50 metros de manga y 10.600 toneladas de peso muerto. El buque está concebido para cargar por gravedad y descargar mediante fluidificación del fondo, tornillos elevadores y bombas impulsoras. El sistema de carga por gravedad está diseñado para una capacidad de 1.000 metros cúbicos por hora y el equipo de descarga mecánica está dotado con elementos para descargar 600 metros cúbicos por hora.

Para comprender un poco la situación de los astilleros del Norte se ha de tener en cuenta que entre los años 2004 y 2007, la cartera de pedidos de los astilleros privados gallegos llegó a sumar 2.000 millones de euros.

Durante el 2010 y parte del 2011, con la caída de la contratación provocada por la crisis del tráfico marítimo mundial, la mayoría de las empresas se dedicaron a entregar el trabajo pendiente en las gradas. Para entonces, los dos principales astilleros gallegos, Hijos de J. Barreras y Factorías Vulcano, ya estaban en números rojos, aunque confiados en poder cubrir la deuda con la firma de algún nuevo pedido. La denuncia y posterior bloqueo del tax lease, necesario para ofertar contratos importantes (ferris, buques sísmicos, buques oceanográficos, etc.) que permitiesen ofrecer liquidez, fue el golpe definitivo para dos astilleros que en poco más de un año suman una deuda de casi 300 millones.

El primero en entrar en concurso voluntario de acreedores ha sido Factorías Vulcano, con una deuda de 198 millones de euros, de la que el 49 % ha sido contraída en los últimos cuatro años con el fondo patrimonial de garantías de Pymar (Pequeños y Medianos Astilleros en Reconversión). El sacrificio económico de la plantilla, prescindiendo de parte de su sueldo, permitió entregar el pasado mes de octubre el último barco que quedaba en las gradas. Sin carga de trabajo y sin tax lease (Beneficios fiscales por la inversión en buques construidos en España, que la UE declaró ilegal tras una denuncia de astilleros holandeses.) para contratar, el astillero basa su plan de viabilidad en que Pymar, su principal acreedor, le condone el 80 % de la deuda. Pero la propuesta ya ha recibido el rechazo unánime de los demás astilleros que integran la sociedad, a pesar de que, sin esa quita Factorías Vulcano, que emplea a 130 trabajadores, entrará en fase de liquidación.

Sobre la deuda acumulada por el astillero pesa como una losa la compra de Factorías Juliana, una operación desastrosa, que llevó a la firma de Vigo a pagar millonarias penalizaciones por no ser capaz de entregar a tiempo los buques adjudicados a Juliana, hoy propiedad del grupo Armón.

En la misma situación está Hijos de J. Barreras, aunque por circunstancias bien distintas. En este caso, son los propios dueños del astillero los que están enfrentados entre sí tras la deriva de un astillero que desde 1998 facturó 2.400 millones de euros y en menos de un año declara una deuda de 72 millones, repartida entre 400 empresas, la mayoría de ellas, pequeñas y medianas auxiliares gallegas. En Barreras nadie asume las culpas y eso ha llevado a una parte de los accionistas a un malestar manifiesto. El resultado de la situación es un informe de cuentas que vendría a confirmar una situación de pérdidas acumuladas durante años, derivadas de buques fabricados por debajo de su precio de coste, errores de gestión y un deficiente control del gasto.

La viabilidad de Barreras pasa ahora por la ampliación de capital, con la entrada de nuevos accionistas, un convenio con los acreedores dispuestos a aceptar una quita de entre el 70 y el 80 % de la deuda y la vuelta a la contratación.

Factoría Naval de Marín, sin trabajo y a punto de despedir a la mitad de la plantilla o el ya liquidado astilleros MCíes, en donde se llegaron a construir los mayores yates de lujo de España, no hacen más que cuestionar el modelo de gestión aplicado en los astilleros privados durante los últimos años. El saldo es demoledor para todo el sector naval, con más de medio centenar de empresas desaparecidas y la destrucción de 9.000 empleos.

Por lo que hace al Grupo Masaveu es un holding empresarial con domicilio social en Oviedo, fundado en 1840 por Pedro Masaveu Rovira, que regentaba un comercio de tejidos, origen de la Banca Masaveu, que entoces se denominaba Sociedad Masaveu y Compañía, que comenzó a tener importancia en la economía regional a partir de 1898, con la creación de la empresa cementera Sociedad Anónima Tudela Veguín.

La empresa de cementos nace con un capital inicial de 1.000.000 de pesetas suscrito por la sociedad Masaveu y Compañía, para fabricar cemento destinado a las obras que se iban a llevar a cabo en aquella época en el puerto de El Musel, en Gijón. La fábrica era una iniciativa muy innovadora en cuanto que fue la primera fábrica española para la elaboración de cemento artificial.

En la actualidad el Grupo Masaveu tiene participación en: Tudela Veguín S.A., Fundación Masaveu, Comercial Iberoamericana de Servicios, Estabisol S.A., Banca Masaveu, Banco Santander, Bankinter y Banco Popular Español, Propiedades Urbanas S.A., Bodegas Murua y Bodegas Fillaboa, Medicina Asturiana S.A. y el Instituto de Medicina Oncológica y Molecular de Asturias.

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